LA
MEDIACIÓN EN EL SECTOR MARÍTIMO HA LLEGADO PARA QUEDARSE
TRIBUNA. Adrian Prada 29/05/2015
Desde la publicación en el BOE de la Ley
5/2012, de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles, poco a
poco el sector marítimo español va tomando conciencia de que existen medios
alternativos a la judicialización para resolver los conflictos. Medios más
eficaces, más rápidos, más baratos y con muchas más posibilidades de llegar a
acuerdos duraderos y con mayores garantías de cumplirse que una sentencia
judicial.
En España, hasta la entrada en vigor de
la ley de mediación, las empresas y particulares que buscaban una alternativa a
los tribunales acudían principalmente al arbitraje. Este sistema alternativo,
si bien tiene sus ventajas con respecto a los juzgados -principalmente la
rapidez- no deja de ser un proceso similar al judicial. Las dos partes siguen
estando confrontadas, van acompañadas de sus abogados y peritos, y es un
tercero, el árbitro, el que actúa de juez dictando un laudo arbitral -la
sentencia-. El proceso está controlado por el árbitro y es él quien decide el
resultado. Con la mediación todo esto cambia de manera sustancial.
Entonces,
¿en qué consiste la mediación?
En bastantes ocasiones, cuando
contratamos a un abogado es para que libre un combate por nosotros. Por lo
menos es lo que nos gustaría hacer, pero los abogados cuestan dinero: "Lo
que yo necesito", me decía un amigo, "es una manera de evitar que
gastemos una fortuna en pleitos". También hay que considerar que, en
algunos casos, recurrir a la ley puede empeorar aún más la situación. Un ejemplo,
desgraciadamente típico, es el de los divorcios. "Mi divorcio fue
terrible", me comentaba una conocida. "Cuando los abogados terminaron
su tarea, mi ex marido y yo nos odiábamos. Además, nuestros hijos fueron armas
del proceso que se volvieron contra nosotros." Y ya centrados en nuestro
sector, seguro que sabemos de algún caso o conocemos a alguien cuya relación ya
enrarecida con un cliente, proveedor o subcontrata terminó completamente rota y
con un odio atroz entre las partes tras haber pasado por los tribunales y
haberse gastado, además, un cpital.
La mediación trae una posible solución a
estas cuestiones. Proporciona un método para que las empresas y empresarios del
sector marítimo resuelvan sus disputas con rapidez, con un coste bajo, y que
los abogados eviten a sus clientes pleitos lentos, caros y arriesgados.
En pocas palabras, la mediación es un
proceso colaborativo en el que las partes en conflicto intentan voluntariamente
alcanzar por sí mismas un acuerdo. Para ello está la figura del mediador. Un
profesional, conocedor del sector, formado en técnicas de mediación, que no
tiene funciones decisorias y que gestiona el procedimiento.
La mediación en ningún caso limita el
derecho de acudir a la vía judicial. Y también es posible acudir a mediación
suspendiendo la vía judicial ya iniciada.
Ante una situación de conflicto y
enrarecida como las descritas anteriormente, los que somos ajenos a ella y la
vemos desde fuera pensamos: "¿Por qué no podrán sentarse y discutirlo
alrededor de una mesa?". La mitad de la solución la podemos encontrar
gracias a que, normalmente, las personas dialogan. Ahora bien, la flexibilidad,
la buena voluntad y, sobre todo, el sentido común son precisamente los grandes
ausentes cuando hay un conflicto. La otra mitad de la solución es utilizar a un
tercero imparcial que ayude a las partes en litigio a hacer cosas que tal vez,
sin ayuda, nunca harían. Así, la base de la mediación y la tarea del mediador
consiste en introducir algunas características especiales para modificar este
enfoque basado en la confrontación. En lugar de plantear el conflicto y la
negociación como un campo de batalla, se orientan y enfocan hacia la solución
del problema. El mediador ayuda a las personas a dialogar, evitando generar
malentendidos, establece -cuando menos- relaciones de trabajo, aclara los
problemas y ayuda a que se generen soluciones aceptables para ambas partes. En
teoría, las partes en conflicto deberían salir del proceso sintiéndose
satisfechas porque todas sus necesidades e intereses han sido tomados en
cuenta, porque han logrado el mejor resultado posible y porque están dispuestas
a repetir el proceso la próxima vez que surja un problema.
En Estados Unidos se dieron cuenta de
esta necesidad hace ya varias décadas. La mediación comenzó a aplicarse allí en
cuestiones comerciales en los años setenta, y a día de hoy su uso supera al
arbitraje o a la conciliación. Y si miramos los datos estadísticos, éstos nos
indican que el porcentaje de éxito es superior al 75%, según datos recogidos en
el Libro Blanco de la Mediación en Cataluña, editado por el Departamento de
Justicia de la Generalitat de Catalunya. Las razones no son sólo económicas,
sino también de ahorro de tiempo. En EEUU la mayoría de mediaciones se
resuelven en menos de dos días de sesiones presenciales.
Dada la eficacia y ventajas de la
mediación, el modelo fue arraigando y extendiéndose rápidamente por los Estados
vecinos, como Canadá, o países como Argentina, donde también está fuertemente
instaurada. Con algo más de retraso llegó a Europa, donde gran parte de
nuestros vecinos la tienen implantada de manera eficaz desde hace varios
lustros. Sirva como ejemplo mencionar que, en el Reino Unido, un conflicto de
200 000 €, judicializado, dura de promedio 333 días y tiene un coste aproximado
de 51 000€. Ese mismo conflicto gestionado a través de un proceso de mediación
dura 85 días y cuesta 35 000 €. En Francia se pasa de 330 días y 20 500 €
-juicio- a 60 días y 10 000 € -mediación-. Si miramos a Holanda, lo que en un
juicio supone 700 días y 32 000 € de gasto, pasa a resolverse en 30 días y 10
000€ en una mediación.
Cataluña
y el Colegio de Ingenieros Navales, pioneros
En el Estado Español, Cataluña ha sido
pionera promulgando la primera ley de mediación -familiar- en 2001 y en derecho
privado en el 2009. El Colegio de Ingenieros Navales se ha sumado a esta
iniciativa al ser el primer Colegio de Ingenieros a nivel nacional y de los
primeros a nivel catalán en firmar un acuerdo de colaboración con el
Departament de Justícia de la Generalitat y el Centre de Mediació en DretPrivat
de Catalunya. Esta es una clara apuesta de futuro, en pro de la mediación, y de
mejora para todo el sector marítimo. La mediación está aquí y ha llegado para
quedarse.
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